En el vació de los segundos la constancia
Del eco de esta melodía
Hace de esta noche un refugio y una condena
Del miedo de aquellas cosas suspendidas en la mente
Vagas de impulso y cohibidas ante el rechazo.
Lejanas de miradas distantes
Mis labios callaron la condena de mis latidos
Envolvieron entre el viento los deseos
Y aquel beso que nunca le di a tu recuerdo.
Sin importar los tropiezos
Le digo adiós al miedo
Para partir junto al sol
Hacer del rechazo y la incoherencia
un simple paso más que libre.
Dejo atrás los deseos de sentirte
Y abrazarte para sumirte en un sueño eterno
Reinante en la aurora de la soledad.
Un lugar donde el dominio de las palabras
Ni los sentidos trascienden del más allá.
Dejo estático el capricho de rozar tus labios
La osadía de los pretextos
Y la inconformidad de tus gestos.
Porque aunque quisiera encontrar respuestas y razones
Para tener una sola verdad en la mente
El tiempo me mostró que naufragaste en el caos
Y dejaste al ayer en un mar lejano
Donde nunca emergió todo aquello que te brinde
Por lo que se pudo haber librado mil batallas.
Así de este modo cierro mis ojos
Y entre el tic tac de mi mente
Te encierro y me despido.
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