Una guerra perdida sometida al juicio del recuerdo
torno la lógica en un juego,
donde las reglas lejanas de coherencia
sometieron al deseo
y en medio de la noche abordaron los murmullos de la lógica.


Un juego con una sola victoria,
un juego remontado en el ayer
donde aquella noche fue revivida
la partida con que tus cohibiciones
fueron alentadas ante el roce de mis labios.

Un juego que se quedo en el ayer
desmoronando tu ausencia
dejando tus besos prohibidos en el pasado,
queriendo transformar el anhelo en victoria
y dolor.