Silenciosa, quieta, vacía
tajante y nostálgica
esta noche de abril se enmarca en ausencia,
el mundo ríe y ama
mientras nosotros nos volvemos otros.
Hoy adolecemos de chispa
y cada lágrima me embarga en la incertidumbre
y el miedo de ver cómo se divaga
entre hilos de amor y desamor
una historia que con clamor
busca amor pero estalla en dolor.
El silencio es la melodía reinante
y entre las luces de la calle
mi mirada dehambula con el pasar de la gente,
con un suspiro entrecortado
veo como la felicidad se convierte
en la dulce utopía y el veneno
que nos gusta sentir galopante entre las venas.
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